domingo, 15 de febrero de 2009

Ay! Que Magnifica es la naturaleza!

Ay! Estoy inmensamente estresada. Ya mero tomo el último examen del semestre y no puedo esperar hasta que todo ha ya terminado. Ha sido un año dificultoso. Entre tener inconmensurable tarea en todas mis clases, y participar en tres o cuatro organizaciones académicos, y encima de todo, trabajar al restaurante quince a veinte horas cada semana; siempre estar estresada y enormemente agotada. Pues en vez de estudiar por el examen, estoy soñando con estar en las montañas en la cabaña de mis padres. El ambiente en las montañas es el opuesto del ambiente ajetreado de la universidad. Cuando estoy en las montañas siempre estoy contenta y enormemente relajada. Nunca estoy preocupada, estoy con sencillez disfrutando de la naturaleza. Hay un lago hermosísimo cerca de la cabaña que me encanta.
Por consiguiente, en lugar de concentrarme para el examen, estoy fantaseando de mi última visita en las montañas. Era el primer día del otoño y yo estaba viendo el lago maravilloso cerca de la cabaña. Había una brisa refrescante y suave; estaba inmediatamente tranquila cuando la brisa me golpeaba la cara. Podía oler al aire fresco de la mañana. Hacía sol con rayos vibrantes. Los rayos del sol calentaban el aire y brillaban en todo el terreno. El cielo estaba azul celeste con pocas nubes. Podía ver aves piando en el cielo. Detrás del lago, había amplios arboles con muchísimos hojas vibrantes. Las hojas ya estaban empezando a cambiar de color, por lo que había considerable variación de los colores verde, naranja y amarillo. Sin embargo, la hierba todavía estaba verde oscuro como el color de los pinos.
Asimismo, los rayos del sol hacían lucir el lago. El agua estaba extraordinariamente despejada y podía ver todas las cosas debajo, como las rocas, las plantas, y las acuáticas. Todas estaban bastante desembarazadas, como si fuera una pecera, no un lago. Había numerosas rocas debajo del agua y rodeando el lago. Las rocas eran grandes y pequeñas. Algunas eran muy oscuras y algunas no. Además podía ver las que tenían tintes de plata que estaban reluciendo debajo del agua. Estas rocas podían cegarle a uno. No obstante mi memoria favorita era una tortuga pequeñita que se estaba moviendo con su cabeza arriba del agua. La tortuga era tan pequeña que tenía problemas llegando de un lugar al otro en el agua. Era muy cómico ver la tortuga atrapar comida y escalar las rocas.
En la distancia podía oír a niños risueños. Ellos estaban jugando cerca del lago y estaban tirando rocas al lago. Había otros que estaban corriendo y jugando con pelotas en la hierba. Todos lo pasaban bien por este día fantástico. ¡Ay! No quería esperar por vacaciones de verano. Cómo quería ver el lago bellísimo!

miércoles, 4 de febrero de 2009